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jueves, 17 de marzo de 2011

El monitor del ordenador

Existen actualmente tres tecnologías para fabricar un monitor: CRT, plasma y LCD. La tecnología CRT utiliza para visualizar la imagen el mismo sistema que los televisores convencionales, un tubo de rayos catódicos, que es un cañón que lanza electrones sobre la superficie de la pantalla que tenemos de­lante de los ojos. Esto último produce radiaciones electromagnéticas. Las pantallas de plasma utilizan un gas excita­do para conseguir la ilumina­ción de cada uno de los millones de puntos de los que consta la imagen. Un LCD (Liquid Crystal Display),  por el contra­rio, es una tecnología basada en el cristal líquido, un tipo de mate­rial que es capaz de dejar pasar o no la luz dependiendo de la carga eléc­trica aplicada. Mientras que los monitores de plasma crean la luz en cada una de las celdas, los LCD necesitan de un sistema de retro-iluminación, una fuente luminosa constante que luego será bloquea­da o no en cada uno de los píxeles (unidades mínimas excitables). De las tres la más extendida es la LCD.

Pulsar en el siguiente enlace para ver una imagen de los tipos de monitor CRT y LCD



Los monitores CRT son muy voluminosos (especialmente de fondo), consumen más energía (hasta un 60% más) y emiten más radiaciones. Son muy duraderos, ofrecen buena calidad de imagen y un ángulo de visión prácticamente de 180º, además de ser los más económicos. Los últimos modelos han reducido sensiblemente su volumen y consumo debido a la competencia de los LCD.

El plasma ofrece una mejor relación tamaño/precio,  tiene una vida aproximada de 30.000 horas. Puede producirse el efecto quemado si una imagen per­manece quieta mucho tiempo en el mismo sitio, sobre todo si se utilizan niveles altos de contraste y brillo. Pueden tener problemas si se instalan en hogares situados a mucha altura (en montañas altas, por ejem­plo).

El LCD ofre­ce mejores resoluciones, tiene una vida aproximada de 50.000 horas. No presenta ninguno de los problemas del plasma. Debido a la tecnología que usan no puedan mostrar un color negro completamente negro, aun­que ya este problema es casi imper­ceptible en monitores de calidad.

Tanto los de plasma, como los LCD son menos agresivos para la vista, pesan poco y ocupan un volumen mínimo en  comparación con los CRT. Por el contrario  plasma y LCD presentan ángulos de visión inferiores a los CRT, inconveniente éste que se acentúa más en los de peor calidad, además duplican en precio a los CRT. En caso de avería los CRT, son fáciles de reparar, todo lo contrario que los  de plasma y LCD que pueden no tener reparación.

Debemos tener en cuenta que pasamos muchas horas delante de la pantalla, y de una buena elección puede depender la salud de nuestra vista. Merece la pena gastar un poco más de dinero o prescindir de algunas prestaciones innecesarias para obtener un monitor de más calidad. Sus ojos se lo agradecerán.


Tamaño de la pantalla
El tamaño de la pantalla es una de las primeras cuestiones que se deben tener en cuenta, a la hora de com­prar un equipo de sobremesa. En la actualidad, los más vendidos son los de 15", aunque muchos usuarios pre­fieren gastar un poco más de dinero y comprar una pantalla de 17", que es  el tamaño más interesante y el que yo recomendaría. El número de pulgadas se obtiene midiendo el monitor desde dos esqui­nas opuestas. Cuanto mayor sea este número, más alta será la resolución a la que se pueda trabajar en él. Para una pantalla de 17" se recomienda una resolución de 1.024 x 768 puntos, que normalmente se puede aumentar hasta alcanzar un máximo de 1.280 x 1.024 puntos. Algunos monitores de 17" permiten trabajar a resoluciones más altas, pero no es lo más reco­mendable, ya que los iconos de los programas operativos resultarán de­masiado pequeños. Para utilizar reso­luciones más altas, lo mejor es optar por una pantalla de un tamaño mayor.

Tamaño del punto
El pitch o tamaño del punto del monitor es otro aspecto im­portante que hay que tener en cuen­ta para decidirse por uno u otro modelo. Se mide en milímetros e indica el tamaño de cada uno de los píxeles de la pantalla. Un valor estándar podría ser 0,25. Los equipos profesionales presentan valores sensiblemente inferiores. Cuanto más pequeño sea su tamaño, más nítida será la imagen.

Refresco de pantalla
La frecuencia indica el número de ve­ces que la imagen se dibuja en el mo­nitor durante un segundo. Cuanto más alta sea la frecuencia, mucho mejor, ya que la imagen aparecerá con menos parpadeo. Se mide en Hz (hertzios) y debe estar por encima de 60 Hz, preferiblemente 70 u 80. A partir de esta cifra, la imagen en la pantalla es sumamente estable, sin parpadeos apreciables, con lo que la vista sufre mucho menos.

Recomendaciones medioambientales y de calidad
La mayoría de las radiaciones electromagnéticas producidas en los monitores CRT se deben quedar en el interior del equipo para evitar que perjudiquen nuestra salud. Algunos usuarios optan por utilizar un filtro para paliar este problema. Sin embargo, las normas de emisión más severas permiten unos niveles de radiación tan ba­jos que el filtro se convierte en un elemento innecesario con el que solamente se consigue empeorar la calidad de visión. De todas formas, siempre se forma una pequeña corriente de aire caliente que lanza el polvo del ambiente sobre nuestros ojos. Existen muchas normativas y recomendaciones que controlan las radiaciones. Cuanto más estricta sea la norma que cumpla su monitor, mucho mejor, recomendable TCO99 o superior.
TCO03. Es una de las normas más severas que exis­te actualmente. Se puede utilizar tanto en las pantallas de tubo CRT como en las planas TFT. Las pruebas se realizan con gráficos y texto oscuro sobre fondo claro. Además, se eleva el nivel mínimo de cali­dad de visión. También controla el impac­to ecológico de los materiales utilizados en la fabricación del monitor.


Fdo.: M. ANDRÉS

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